Al igual que otras zonas de las construcciones, los suelos también requieren la instalación de aislamiento para evitar puentes térmicos, mejorar su eficiencia energética y evitar las molestias provocadas por el ruido. Descubre más sobre las aplicaciones y soluciones del aislamiento térmico de suelos a continuación.
Por qué es necesario aislar el suelo
Los suelos de los edificios son zonas altamente sensibles a las pérdidas térmicas y a la transmisión de ruidos (tanto aéreos como de impacto). Esto significa que, de no contar con un correcto aislamiento, los suelos pueden causar problemas como falta de confort térmico y acústico, un mayor gasto en facturas de suministros o incluso problemas de humedad.
Aplicaciones del aislamiento de suelos
El aislamiento puede aplicarse a distintos tipos de suelos:
- Suelos suspendidos sobre espacios de altura reducida: este tipo de suelo, habitual en las plantas bajas de edificaciones antiguas, requiere un aislamiento térmico óptimo debido a los riesgos de pérdida térmica a los que está expuesto.
- Suelos de sótanos: los forjados de los sótanos que están en contacto directo con el terreno son susceptibles de experimentar pérdidas de calor, por lo que un aislamiento adecuado puede mejorar su eficiencia térmica.
- Suelos intermedios: el sonido y el calor se pueden transferir fácilmente entre las diferentes plantas de un edificio, por lo que estos suelos de separación requieren de un aislamiento que se adapte a los espacios entre suelo y viguetas.
- Suelos flotantes: suelos como las tarimas flotantes requieren un mejor rendimiento acústico y una mayor capacidad de carga del suelo, características que mejoran con un buen aislamiento.
Soluciones para aislar suelos
Un suelo se puede aislar de dos formas, por encima del forjado y por debajo de este, dependiendo de su tipología y de otras circunstancias, como si el suelo es de obra nueva o no.
En cuanto a los materiales aislantes más adecuados para este tipo de instalaciones, nos encontramos la lana de roca, las espumas fenólicas (XPS o EPS), los aislantes reflexivos y otros aislantes ecológicos como el aglomerado de corcho o las fibras de madera. En cuanto al formato, suelen emplearse los paneles, mantas, rollos o el insuflado.
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