Actualmente, no podemos vislumbrar el futuro sin que este sea sostenible. La necesidad de cuidar el planeta e ir abandonando poco a poco la utilización de combustibles fósiles es cada vez más necesaria.
En este contexto, surge el concepto de taxonomía verde, una herramienta con la que identificar y promover actividades económicas que contribuyen a los objetivos ambientales climáticos.
De este modo, los materiales de construcción desempeñan un papel crucial, y deben cumplir con los criterios establecidos por la taxonomía de la Unión Europea.
¿Qué es la taxonomía verde?
En resumen, la taxonomía verde europea es un ejercicio que establece diferentes estándares para identificar qué acciones empresariales que contribuyen a la lucha contra el cambio climático y cuáles no.
Así, la taxonomía verde es una vía para que tanto empresas como inversores puedan diferenciar qué proyectos afectan negativamente al clima, y está basada en las recomendaciones de expertos sobre el tema.
Los pilares de la taxonomía de la Unión Europea
Eficiencia energética
Como ya hemos explicado en anteriores posts, la eficiencia energética tiene como objetivo la reducción del consumo de energía mediante la adopción de diferentes medidas que permitan reducir la cantidad de energía requerida para diferentes servicios.
En este aspecto, los materiales de construcción pueden reducir la pérdida de calor o frío, disminuyendo así la demanda de energía de los edificios.
Reducción de las emisiones de carbono
En el ámbito de la construcción, la utilización de materiales con bajo contenido en carbono es esencial para aumentar el rendimiento de las instalaciones y reducir significativamente las emisiones de CO2.
Materiales basados en compuestos orgánicos y productos naturales están ganando protagonismo en el sector, ya que disminuyen la huella de carbono.
Uso de recursos renovables
Cada vez se opta más por las construcciones de tipo sostenible, como pueden ser las bioconstrucciones o los edificios de consumo casi nulo (nZEB).
En la construcción de estos modelos se opta por la utilización de materiales de origen natural, como la madera y el corcho, además de la implementación de sistemas de aislamiento y domótica que permitan mantener una temperatura adecuada en el interior.
De este modo, la taxonomía verde se convierte en una forma de promover prácticas sostenibles en los diferentes sectores de la economía, basándose en la utilización de materiales de construcción que cumplen con los criterios de eficiencia energética con el fin de construir poco a poco un futuro más sostenible.
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