Una vez que las temperaturas comienzan a bajar, uno de los problemas más frecuentes que presentan las edificaciones es la sensación de frío en su interior.

Esto se debe, principalmente, a que el inmueble carece de aislamiento térmico o que, en su defecto, la obra no está correctamente ejecutada. Es por eso que es muy importante conocer en profundidad el estado de los muros interiores y otras zonas como la cubierta o el suelo.

¿Cuál es la temperatura ideal de un inmueble en invierno?

Según el RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios), la temperatura ideal para la mayoría de las personas es de 21º en invierno y 26º en verano. Estos resultados se obtienen a partir de la norma internacional UNE EN ISO 7730:2006, que determina los criterios de bienestar térmico a través del cálculo de los índices PMW (estimación de sensación térmica) y PPD (grado de incomodidad).

Sin embargo, estas predicciones dependen del bienestar térmico de las personas, y no todas lo perciben de la misma manera. Para hacer el cálculo, se tienen en cuenta los siguientes factores:

  • La temperatura del aire, que se mide en grados centígrados.
  • La humedad relativa del aire, que se mide mediante porcentajes.
  • El grado de vestimenta, que depende del número de capas de ropa que lleve la persona.
  • La actividad metabólica, que tiene que ver con el nivel de actividad de la persona.
  • La velocidad del aire, que se mide en metros por segundo.

¿Cómo funciona el aislamiento en una vivienda?

La radiación solar transmite calor a las fachadas de las edificaciones a través de ondas electromagnéticas que lo van transfiriendo por contacto al interior del edificio.

Pero, en invierno, el principal problema son las bajas temperaturas. Por ello, si el aislamiento es deficiente, el calor del interior se escapará por cualquier resquicio que quede sin cubrir.

El aislamiento de cualquier elemento constructivo está vinculado a los tres mecanismos que utiliza la naturaleza para transferir el calor, que son la conducción, la convección y la radiación. Por lo tanto, las soluciones constructivas de aislamiento deberán abordar cada uno de ellos:

  • Aislamiento conductivo, mediante materiales aislantes.
  • Aislamiento convectivo, mediante cámaras de aire ventiladas.
  • Aislamiento radiante, mediante superficies reflectantes.
  • Aislamiento orgánico, mediante superficies vegetales absorbentes.

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